La importancia de la amistad radica únicamente en la sinceridad de las palabras, la coherencia de las palabras con los hechos y la tolerancia absoluta. Así, con esos tres puntos se puede llegar a una amistad verdadera.
Y para definir una amistad verdadera, en principio, esta debe de ser atemporal, lo que la vuelve imperecedera. Y por otro lado debe de ser un acto de propagación global, porque puede resultar relativamente fácil decir que tal o cual es el mejor amigo, si nunca se ha salido de ese pequeño cerco protector que da el barrio, o que da la universidad por ejemplo. Toda buena amistad debe trascender fronteras y el mejor amigo de una persona es el mejor amigo en Korea o en Haití.
En lo particular, mi mejor amigo ha llegado esta última vez a mi, dando botes por aquí y por allá, de un aeropuerto a otro, de un uso horario a otro, con la única y firme intención de (porque no) pasar unos día mas en aquél maravilloso lugar donde los recuerdos se fabrican...
La nuestra, querido amigo, no es la historia épica de hechos heroicos. Únicamente es la historia de dos personas que se unieron por casualidad para recorrer siempre en compañía del otro, este momento llamado vida.
Con todo mi cariño para ti.
