Castillos de arena.

Si te quedas conmigo una noche, prometo construirte un castillo de arena sobre una nube, y te prometo un ejército de soldados garapiñados para que lo resguarden de todo mal. Si te quedas conmigo una noche, al amanecer te prometo un buen desayuno, café, fruta, huevos, cereal y un jardín perfumado de flores de papel y un cielo de Monet dibujado en tu ventana y una sonrisa que te durará todo el día (lo que pase en la noche va a cuenta de nuestra imaginación). Si te quedas conmigo una noche, prometo ser un amante apasionado, ser el mejor remedio para el estrés y una cura para el aburrimiento, me convierto en un vaso de agua cuando tengas sed, y en tu almohada cuando tengas sueño. Si te quedas conmigo una noche juro encadenarme a tus piernas, soldarme a tus pechos y coser mis labios con los tuyos.

Si te quedas conmigo el resto de tu vida, te prometo unas manos grandes y fuertes dispuestas a trabajar y una espalda que puede cargar con todo el peso del mundo, ¡te prometo a un hombre de verdad!. Te prometo contarte mis secretos y darte un corazón quebrado para que lo arregles, te prometo un jardín grande con jacarandas y naranjos sembrados por todas partes, te prometo un viaje una vez al año, prometo cuidarte, quererte, respetarte, amarte como nunca lo quise hacer, prometo fidelidad. Si te quedas conmigo el resto de tu vida, te prometo una vejez tranquila y sin preocupaciones, dos mecedoras, muchos nietos, muchas arrugas, un vaso de leche caliente antes de dormir y un perro con cuatro patas.

Si te quedas conmigo esta noche, te prometo observarte mientras duermes y no hacer ruido ni moverme mucho para no despertarte.