Me molesta cuando las personas (en especial mi mamá) tratan de consolarme diciendo frases prefabricadas como: “sigue tu corazón” o “ya pasará”, y la peor de todas: “las cosas pasan por algo”.
Esta última me molesta especialmente ya que me hace pensar en el destino, y para mi el destino hace que toda la vida pierda su sentido, me priva de mí libertad, limita mí capacidad de poder tomar decisiones, ya que cualquier decisión que tome ya estaba tomada por mi. Como si mí vida entera, pasado, presente y futuro estuviera escrita ya en un libro (el libro del destino) y no hubiera nada que hacer al respecto, y si lo hiciera no importaría ya que eso también estaba escrito en mí destino.
Cuando me dicen “las cosas pasan por algo” me pregunto: ¿que sentido hay en la muerte de mi papá?, ¿que lección tenia que aprender?, ¿tal vez madurar? (ja ja), ¿era mí destino?, ¿era el destino de mi papá?, ¿era mí destino conocerla a ella?, ¿y a ELLA?. Me niego a creer en el destino. Pero, ¿las cosas pasan por algo?...
Ayer la vi a ELLA (¿la vi o la soñé?), en el lugar menos esperado, pero en el momento más indicado. La vi justo después de verla a ella y que por encima ocasión me dijera NO (pero con un “sigue intentando” entre dientes). La vi y como la primera vez su mirada atravesó el aire enviciado de humo y el tiempo enviciado de recuerdos. Su mirada, azul, penetrante, eterna... atravesó el espacio como una saeta lanzada por cupido y se clavo profunda y firmemente en la mía y recordé los escalofríos en la espalda, el vacío en el estomago, el vértigo en mí cabeza, la sensación de quedar indefenso y vulnerable ante su presencia. La vi y la única cosa que pasó por mi mente fue: “las cosas pasan por algo”.

chale, yo también odio esa frase... y el llamado destino.
ResponderEliminarcreo que a mi las palabras de ánimo de desalientan más de lo que podrían ayudarme, jaja.
abrazos