“...aunque no exista un varón universal’, tal vez podamos hablar de un varón omnipresente basados en estos criterios de actuación. Podríamos bautizar a ese personaje casi global como el varón preñador-protector-proveedor. ... "
“En la mayoría de las sociedades, los tres imperativos masculinos son, o bien peligrosos o bien altamente competitivos. Hacen que los hombres deban enfrentarse al peligro del campo de batalla, de la caza o de los enfrentamientos con sus padres. A causa del impulso universal de huir ante el peligro, podemos considerar la «verdadera» virilidad como una inducción a un alto rendimiento en la lucha social por los recursos escasos, un código de conducta que promueve los intereses colectivos superando las inhibiciones internas. En el cumplimiento de sus obligaciones, los hombres se arriesgan a perder, amenaza siempre presente que los distingue de las mujeres y niños. Se arriesgan a perder su reputación o su vida, y, sin embargo, las tareas prescritas deben llevarse a cabo si el grupo ha de sobrevivir y prosperar.
Como los muchachos deben endurecerse para entrar en esas luchas, hay que prepararlos con toda clase de trabajos. Para ser hombres, casi todos ellos deben aceptar el hecho de que son prescindibles. La aceptación de esa cualidad constituye la base de la postura varonil en todos los lugares donde se da; no obstante, la simple aceptación no es suficiente. Para que tenga un sentido social, la decisión de la virilidad debe caracterizarse por el entusiasmo, ...debe mostrarse públicamente como una elección positiva, un gozo a pesar del dolor, porque representa el compromiso moral de defender a la sociedad y a sus valores esenciales frente a cualquier peligro. Así, la virilidad es la derrota del narcisismo infantil...”
LOS HOMBRES DE VERDAD DEFIENDEN A LA SOCIEDAD VERTIENDO SU SUDOR, SU SANGRE Y SU SEMEN...
David Gilmore

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