Si sientes que ya no puedes respirar, que un fluido negro y viscoso invade tus pulmones cada vez que inhalas y no lo puedes exhalar. No respires...
Si sientes que en las noches no puedes dormir y tus pecados te hacen revolcarte entre tus sabanas empapada de sudor. Cuenta hasta cien ovejas y cuenta un millón de lobos que las devoren...
Si tienes hambre, pero la comida se volvió insípida o peor, todo te sabe a hiel. Vomítala y pasa una semana sin comer...
Si tienes ganas de gritar, llorar, patalear, pelear, gemir... no lo hagas. Mejor guarda todos esos sentimientos en tu estómago y que se pudran dentro de ti, que se conviertan en una amarga bilis y así, tu aliento al hablar apestará a lo que tienes por dentro...
Si una de estas noches sueñas conmigo, me recuerdas y te sientes triste por mi “el señor supremo del mundo”... rápido, ¡despierta! y ¡NO LO VUELVAS A HACER!.
Si te sientes sola y con ganas de hablar, ser escuchada y entendida. Primero, entiendete tú antes de confundir a los demás con tus balbuceos.
Si estas deprimida y tienes ganas de morir. Por favor, por lo santos y demonios, por Dios y el Diablo, que ninguna navaja se afile con tus venas, no malgastes el veneno ni desperdicies una bala... mejor vive mil millones de eones, vive tu vida larga, tranquila, a gusto, PATÉTICA. Y deja que nosotros los mortales, los hombres y mujeres de verdad ya de viejos, llenos de experiencias, de dolor, de amor, de pasiones, de lágrimas, de sufrimientos, felicidad y sonrisas muramos...no sin antes haber vivido una vida de real. No tu pobre intento de vivir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario